Este domingo, los porteños acudirán a las urnas para renovar la mitad de las bancas de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en una elección que, más allá de su carácter de medio término, podría redefinir el tablero político local y nacional.
El resultado será determinante para tres grandes fuerzas: el PRO, que arriesga su hegemonía en su bastión histórico; La Libertad Avanza (LLA), que busca consolidar su crecimiento; y el peronismo, que intenta posicionarse con una propuesta amplia con vistas a 2027.
En este contexto, la contienda adquirió un tono inusualmente intenso. Tanto Mauricio Macri como Javier Milei se involucraron de lleno en la campaña para respaldar a sus candidatos, conscientes de que el resultado en la Ciudad tendrá impacto directo en la conformación de alianzas rumbo a la próxima elección en la provincia de Buenos Aires.
Silvia Lospennato encabeza la lista del PRO, en un intento de relanzar el espacio amarillo desde sus raíces porteñas tras un período de pérdida de identidad frente al avance libertario.
Por el lado de LLA, el vocero presidencial Manuel Adorni hará su debut como candidato, en una jugada que busca transformar la elección legislativa porteña en un plebiscito sobre la gestión nacional de Milei.
El peronismo, en tanto, apuesta por Leandro Santoro, quien lidera una propuesta de unidad opositora. Aunque con un techo electoral más bajo en la Ciudad, Santoro se presenta como una figura en construcción hacia la carrera por la Jefatura de Gobierno en 2027.
En paralelo, dos figuras buscan volver al centro de la escena: Horacio Rodríguez Larreta y Ramiro Marra, alejados de sus espacios de origen —el PRO y LLA respectivamente—, intentan reconectar con sus antiguos votantes y redefinir su lugar en el mapa político.
La elección porteña se presenta así como mucho más que una simple renovación legislativa: será un test político de alto voltaje, donde el reparto de bancas podría sellar alianzas, abrir rupturas y reconfigurar liderazgos de cara al futuro.
