Al igual que Argentina, Estados Unidos enfrenta las consecuencias de años de endeudamiento excesivo y persistentes déficits fiscales. En ese contexto, la calificadora Moody’s le quitó al país su histórica nota crediticia de triple A, rebajándola a AA1.
La decisión responde al aumento constante de la deuda federal y a los desequilibrios presupuestarios crónicos que, según la agencia, seguirán profundizándose en los próximos años. Desde 1917, Estados Unidos mantenía la calificación máxima por parte de Moody’s, pero ahora la agencia se muestra escéptica respecto a la voluntad del Congreso para implementar reformas fiscales significativas.
En su comunicado, Moody’s advirtió que el creciente gasto público, los pagos de intereses y la débil recaudación harán que el déficit fiscal llegue al 9% del PBI para 2035, frente al 6,4% estimado para este año. Además, alertó que la aceleración del endeudamiento presionará sobre las tasas de interés.
Con esta rebaja, Estados Unidos ya no cuenta con la máxima calificación de ninguna de las tres grandes agencias de riesgo. Fitch la recortó en 2023 por preocupaciones similares, y Standard & Poor’s lo había hecho en 2011.
No obstante, Moody’s reconoció que el país aún posee «fortalezas crediticias excepcionales», como el tamaño y dinamismo de su economía, y el rol del dólar como moneda de reserva mundial. También destacó la independencia y eficacia de la Reserva Federal, respaldando implícitamente a su presidente, Jerome Powell, pese a las críticas del expresidente Donald Trump.
La advertencia de Moody’s refuerza la urgencia de que el liderazgo político norteamericano aborde los desequilibrios fiscales para evitar una mayor degradación de su perfil crediticio.