Tras el contundente triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en la Ciudad de Buenos Aires, las tensiones internas en el oficialismo se reactivaron. Esta vez, los cortocircuitos emergen desde la cúpula misma del poder, donde el asesor presidencial Santiago Caputo y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, sostienen diferencias de criterio que, según fuentes oficiales, ocultan una puja más profunda por el control político dentro del espacio libertario.
Desde el entorno de Karina Milei aseguran que la funcionaria sigue con atención cada movimiento de Caputo, a quien observan con desconfianza. La sospecha es concreta: el consultor estaría intentando ampliar su influencia dentro del esquema libertario, en detrimento de la hermana del Presidente. «Se trata del síndrome de la alfombra roja», grafican en su entorno, haciendo alusión a los privilegios que, según consideran, busca capitalizar Caputo desde la salida del exjefe de Gabinete, Nicolás Posse.
El triángulo desigual del poder
El reparto de poder entre los principales actores del gobierno nacional fue definido como el «Triángulo de Hierro», integrado por el propio presidente Javier Milei, su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo. Pero desde la Casa Rosada aclaran: no se trata de un triángulo equilátero. Las diferencias de peso político entre sus vértices son notables, y en la actualidad ese equilibrio tenso parece estar en revisión.Mientras el Presidente se mantiene enfocado en la gestión económica junto al ministro Luis Caputo, delegó los asuntos políticos en Karina, su hermana, y en Caputo, su principal estratega. La convivencia entre ambos se mantiene, por ahora, sin ruptura, aunque el malestar va en aumento.
Fuentes cercanas a Karina Milei minimizan las diferencias, evitan hablar de “interna” y prefieren el término “desencuentros estratégicos”. Aun así, admiten que existe una disputa latente por el control de la maquinaria política del oficialismo, particularmente en la provincia de Buenos Aires y el diseño de las listas para las elecciones del próximo 26 de octubre.
Dos visiones sobre el armado político
El conflicto de fondo tiene anclaje en las estrategias electorales. Karina Milei, junto a sus armadores Eduardo “Lule” Menem (interior) y Sebastián Pareja (provincia de Buenos Aires), impulsa una lógica territorial y orgánica. Apuntan a construir una boleta «pura», con candidatos propios y fuerte identidad partidaria.Caputo, en cambio, promueve acuerdos más pragmáticos, buscando alianzas con sectores provinciales cercanos al oficialismo nacional. El choque entre ambas estrategias tuvo su epicentro en Santa Fe, aunque se logró calmar tras la victoria de Manuel Adorni en la Ciudad de Buenos Aires, quien responde directamente a los hermanos Milei.
La próxima prueba de fuego será la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo apuesta a la figura de José Luis Espert para disputar el territorio dominado por el gobernador Axel Kicillof.
La juventud, nuevo terreno de disputa
La construcción del ala juvenil también se convirtió en motivo de fricción. Por un lado, el sector de Caputo lanzó Las Fuerzas del Cielo, un espacio de militancia que se autodefine como “la guardia pretoriana del Presidente”. Entre sus referentes destacan el influencer Daniel Parisini (alias El Gordo Dan), el legislador Agustín Romo, el secretario Nahuel Sotelo, y el funcionario Lucas Luna, entre otros.
En paralelo, Karina Milei impulsa su propio armado juvenil dentro de la estructura formal del partido. La tarea recayó en Sharif Menem, sobrino de Lule, que junto a jóvenes como Rocío Gómez, Dante Di Carlo y Geraldine Calvella, trabaja en el desarrollo de un espacio aún incipiente pero alineado directamente con la conducción partidaria.
Aunque públicamente ambos sectores niegan rivalidades, desde el karinismo reclaman mayor integración de los referentes del universo Caputo a la estructura oficial. “No hay competencia, pero sí falta de cooperación”, deslizó una fuente cercana a Balcarce 50.
Milei, árbitro distante
El presidente Javier Milei evita involucrarse en las tensiones internas, pero según fuentes oficiales, sigue el desarrollo de los acontecimientos con atención. “Se ha convertido en un gran administrador de poder”, lo describen desde su círculo íntimo.
Por ahora, las aguas se mantienen contenidas. Desde ambos bandos coinciden en que, al menos hasta octubre, no habrá grandes sobresaltos. Sin embargo, el creciente protagonismo de Santiago Caputo, su cercanía con figuras emergentes y el diseño de estrategias paralelas refuerzan la percepción de que el equilibrio dentro del «Triángulo de Hierro» es más inestable de lo que aparenta.