Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará a la Argentina en las próximas semanas para realizar una revisión técnica del cumplimiento de las metas del nuevo acuerdo firmado en abril, por US$20.000 millones. La evaluación, inicialmente prevista para el 13 de junio, se pospuso para los primeros días de julio.
La postergación otorga al Gobierno más tiempo para cumplir con el objetivo de acumular US$4.000 millones en Reservas Internacionales Netas (RIN), una de las metas más exigentes del nuevo programa. El acuerdo establece que las reservas deben llegar a US$-500 millones, desde el nivel de US$-4.900 millones registrado al 31 de marzo.Sin embargo, el Banco Central (BCRA) ha optado por no intervenir en el mercado cambiario para no presionar al alza el tipo de cambio, en línea con su estrategia de controlar la inflación. En ese contexto, el nuevo esquema de flotación administrada con bandas móviles impide compras de divisas mientras el dólar no toque el piso de $1.000.
Esta decisión, sumada a los pagos de deuda realizados recientemente, provocó una caída de las reservas brutas, que se ubicaron esta semana en torno a los US$37.800 millones, unos US$1.500 millones menos que a fines de abril.
En ese escenario, el Gobierno logró incorporar dólares mediante la colocación de un bono en pesos para inversores internacionales, quienes suscribieron el instrumento aportando divisas. De esta forma, el Tesoro recibió dólares frescos, aunque los vencimientos de capital e intereses se cancelarán en moneda local.
“La jugada es buena: le permite al Gobierno acercarse a la meta de reservas con el FMI (que todos sabemos que no va a cumplir) y, al mismo tiempo, mantiene su promesa de no comprar reservas dentro de la banda cambiaria”, señaló la consultora Econoviews en su último informe.
La llegada de la misión del FMI y los avances en la revisión serán clave para definir los próximos desembolsos del organismo y el rumbo de la política económica en el segundo semestre del año.
