Aunque tradicionalmente los aires acondicionados se utilizan para combatir el calor del verano, en invierno su modo calor gana protagonismo. Sin embargo, su uso constante puede elevar el consumo eléctrico y afectar el confort si no se acompaña con medidas adecuadas. A continuación, algunos consejos útiles para mantener la casa cálida y cuidar la salud.
¿Conviene prender el aire de a ratos o dejarlo encendido?
Especialistas en climatización recomiendan mantener el aire encendido a temperatura constante (entre 20°C y 22°C) en lugar de prenderlo y apagarlo repetidamente. Esto evita picos de consumo y ayuda a sostener una temperatura estable en los ambientes. Sin embargo, lo ideal es usarlo lo menos posible y complementar con estrategias pasivas de calefacción.
Aprovechar la luz solar para calentar los ambientes
Una forma sencilla y efectiva de elevar la temperatura es dejar que el sol entre durante el día. Abrir cortinas, levantar persianas y ventilar brevemente por la mañana permite captar el calor solar. Esto puede aumentar en varios grados la temperatura de las habitaciones antes de que descienda el frío vespertino.
¿Cómo evitar la sequedad del aire?
El aire acondicionado en modo calor puede reducir notablemente la humedad del ambiente, generando molestias como picazón en la garganta, resequedad ocular y congestión nasal. Para contrarrestar esto, se sugieren las siguientes opciones:
Humidificadores eléctricos: Es la opción más efectiva, aunque su precio puede superar los $19.000 en el mercado actual.
Plantas grandes: Ubicarlas cerca del equipo ayuda a equilibrar la humedad, además de decorar y purificar el aire.
Recipientes con agua tibia: Colocarlos en esquinas de las habitaciones permite una evaporación natural.
Tender ropa mojada en el interior: Una solución práctica que además permite un secado rápido durante el invierno.