La Luna llena del 11 de junio de 2025 no será una más. Coincidirá con un evento astronómico poco frecuente conocido como “major lunar standstill”, algo que no ocurría desde hace 18 años y medio. Esta combinación convertirá al satélite natural de la Tierra en protagonista absoluto del cielo nocturno.
¿Por qué se llama “Luna de fresa”?
El fenómeno recibe el nombre de “Luna de fresa” no por su color, sino porque en América del Norte coincide con la temporada de cosecha de fresas, una tradición de los pueblos originarios. Aun así, en algunos casos puede adoptar tonalidades rojizas o anaranjadas, especialmente cuando está cerca del horizonte, debido a la refracción de la luz solar.
Un evento doblemente especial
Este año, el fenómeno tendrá un atractivo adicional: su coincidencia con el solsticio de junio. Esto provoca que la Luna se eleve muy poco en el cielo nocturno del hemisferio norte, generando una visión más amplia y prolongada del disco lunar en el horizonte. Al estar en su fase llena, el satélite reflejará la luz solar con una intensidad inusual, ofreciendo una imagen brillante y de gran tamaño.
Además, al producirse el lunar standstill, el punto de salida y puesta de la Luna alcanza sus extremos máximos en el horizonte, lo que transforma su recorrido nocturno en algo inusualmente inclinado y largo. Este fenómeno ocurre sólo dos veces cada 18,6 años.
Cuándo y cómo observarla
La NASA informó que la Luna alcanzará su punto máximo de iluminación en la madrugada del 11 de junio. En el hemisferio norte será visible más cerca del horizonte, mientras que en el sur se elevará con más verticalidad.
Para aprovechar al máximo la observación, se recomienda:
Elegir un lugar alejado de la contaminación lumínica.
Utilizar binoculares o telescopios para ver cráteres, sombras y texturas.
Observar también las noches previas y posteriores, ya que los cambios en su posición y color pueden apreciarse a lo largo de varios días.
El evento no sólo será una oportunidad para los aficionados a la astronomía, sino también una experiencia visual y emocional única, que invita a reconectar con los ciclos naturales del cielo.
