En un acto encabezado por el gobernador Osvaldo Jaldo, se inauguró ayer en Concepción el “Hogar Nuevo Nacimiento”, un espacio destinado a la recuperación de jóvenes con consumo problemático de sustancias. El inmueble fue recuperado del narcotráfico por el Ministerio Público Fiscal (MPF) de Tucumán y cedido a la Fundación Camino de Esperanza.
La propiedad había sido decomisada por solicitud de la Unidad Fiscal de Narcomenudeo (UFINAR) del Centro Judicial de Concepción y es la tercera vivienda recuperada por el MPF con fines sociales.
“La lucha contra el narcotráfico es una política de Estado. Hoy, donde antes se vendía droga, ahora se abre una puerta de contención y esperanza”, expresó Jaldo.
Una política de recuperación y reinserción
El hogar cuenta con capacidad para alojar inicialmente a diez jóvenes, quienes reciben acompañamiento profesional y espiritual. Posee un tinglado de 20 x 30 metros, una habitación de 10 x 6, pileta, cocina y dos baños, y se prevé ampliar su capacidad para más de 25 personas.
Julio González, presidente de la Fundación Camino de Esperanza, subrayó que “la inauguración es un gran paso para los jóvenes en situación de consumo. Somos una iglesia cristiana, y creemos que con Dios sí se puede salir de las adicciones”.
El espacio permitirá que los jóvenes realicen actividades formativas, recreativas y de reeducación con miras a su reinserción social.
Recuperación con apoyo estatal
El ministro público fiscal, Edmundo Jiménez, remarcó que esta iniciativa forma parte de una política sostenida por el MPF: “Los bienes recuperados del delito deben ser devueltos a la comunidad. Y en este caso, el acompañamiento del Gobierno provincial fue clave”.
Acompañaron el acto el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Daniel Leiva; los ministros Luis Medina Ruiz (Salud) y Regino Amado (Gobierno); la vocal de la Corte Eleonora Rodríguez Campos; los diputados nacionales Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla; el legislador Carlos Fúnez y el secretario de Adicciones, Lucas Haurigot Posse.
Voces desde el hogar
Andrés, uno de los jóvenes alojados, relató: “Mi vida estaba en tinieblas. Hoy esta casa es un lugar donde puedo empezar a restaurarme”.
Enzo, otro residente, expresó: “Este hogar me devolvió la dignidad. Pasé de estar en la basura a tener un techo, una cama, y esperanza”.
Mery Brito, madre de un joven en recuperación, agradeció al Estado: “Esto es una bendición. Uno cree que nunca le va a pasar, pero cuando toca, se entiende el dolor. Ver esta solidaridad nos llena el alma”.