La frase del ministro de Economía, Luis Caputo, el 1° de julio —“si te parece que está barato, comprá, campeón”— coincidió con un salto de $40 en el dólar oficial minorista en apenas diez días y un avance de $70 en el dólar blue en la última semana, la mayor escalada desde mayo. El comentario, que apuntaba a relativizar la tensión cambiaria, derivó en un incremento de la demanda de divisas en un contexto de cobro de aguinaldos, vacaciones de invierno y dolarización preelectoral.
El dólar oficial pasó de $1.215 a $1.275, mientras el blue cerró este viernes en $1.300. Según estimaciones privadas, si persiste la tendencia y no hay nuevas intervenciones oficiales, la cotización podría aproximarse a los $1.400 en las próximas semanas, aunque el pronóstico depende de la evolución de reservas, demanda estacional y expectativas del mercado.
Con reservas internacionales en torno a US$41.700 millones y liquidaciones del agro que este mes superarían los US$4.500 millones, la oferta de divisas aún es firme, pero se espera que disminuya hacia agosto y septiembre, en plena campaña legislativa. El desafío del Gobierno será contener la volatilidad sin desalentar exportaciones ni comprometer la estabilidad económica.