Un ritual saludable que recarga energía, mejora el humor y cuida el corazón
Cada vez más especialistas coinciden: la siesta no es un lujo, es salud. Dormir unos minutos después del almuerzo puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la memoria, cuidar el corazón y aumentar el rendimiento diario.
La duración ideal es de 26 minutos, según una investigación de la NASA. Ese breve descanso puede incrementar un 34 por ciento el rendimiento y un 54 por ciento el estado de alerta. Superar ese tiempo puede ser contraproducente, ya que puede provocar aturdimiento y alterar el descanso nocturno.
El horario más adecuado para descansar va de 13 a 17, justo cuando el cuerpo atraviesa una caída natural de energía, producto de los ritmos circadianos.
Además, según la Fundación Española del Corazón, una siesta bien aprovechada puede reducir hasta un 37 por ciento el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo, la concentración y la capacidad de aprendizaje.
En este Día Mundial de la Siesta, vale la pena reivindicar ese momento de pausa que, bien utilizado, puede mejorar tu salud y tu calidad de vida.
