La psicología del color continúa siendo un área de interés para la investigación científica, explorando cómo las elecciones cromáticas pueden reflejar aspectos de la personalidad, las emociones e incluso la capacidad cognitiva.
Recientes estudios estadísticos han detectado un patrón que relaciona la preferencia por ciertos colores con el rendimiento en pruebas de inteligencia. En particular, los datos señalan que las personas que eligen el naranja como su color favorito tienden a obtener, en promedio, puntuaciones más bajas en evaluaciones cognitivas.
Los especialistas explican que el naranja, caracterizado por su intensidad, calidez y vitalidad, está asociado comúnmente con la creatividad y la expresividad emocional. Sin embargo, en determinados contextos también se lo vincula a la impulsividad y a una menor inclinación hacia el pensamiento analítico.
Si bien los investigadores advierten que estos resultados no deben interpretarse como una regla absoluta, destacan que los hallazgos podrían aportar nuevas perspectivas sobre cómo los estímulos visuales y las preferencias estéticas se relacionan con procesos mentales más complejos.