Aunque elegir una posición para dormir parezca inofensivo, la forma en que descansamos puede tener un impacto directo en nuestra salud física y en la calidad del sueño. Dolor corporal, ronquidos o cansancio persistente son algunas de las señales de alerta.
Dolor al despertar
Levantarse con dolor no debería ser parte de la rutina. Especialistas advierten que las molestias en la espalda o el cuello pueden estar vinculadas a dormir boca abajo, una postura que obliga a girar la cabeza y genera tensión muscular.
Ronquidos y apnea del sueño
Roncar puede ser más que una incomodidad. En algunos casos está asociado a la apnea del sueño, un trastorno en el que la respiración se interrumpe varias veces durante la noche. Dormir boca arriba suele agravar el problema porque los tejidos blandos tienden a obstruir las vías respiratorias.
Cansancio durante el día
Sentirse agotado pese a haber dormido suficientes horas puede ser otra consecuencia de la postura. El mal descanso reduce la oxigenación y afecta la concentración, el rendimiento y la salud cardiovascular.
Dolor de cabeza matutino
Comenzar la mañana con dolor de cabeza también puede estar relacionado con la forma en que dormimos. Una mala alineación del cuello, el uso de almohadas inadecuadas o el bruxismo nocturno son factores que se potencian con ciertas posiciones.
 
								 
                                 
															
