Las playas de Brasil se consolidaron como el destino más buscado por los argentinos en el primer semestre del año. La cercanía, los costos y la comodidad explican la preferencia frente a Miami o el Caribe. A esto se suma ahora una novedad tecnológica que está transformando la experiencia de viaje: la posibilidad de pagar consumos en Brasil directamente con dólares digitales mediante QR.
Con solo un DNI y un celular, los turistas pueden manejarse sin necesidad de bancos, casas de cambio ni tarjetas de crédito. A través de billeteras digitales como Vesseo, se utilizan stablecoins como USDC, respaldadas en dólares, para realizar pagos en tiempo real mediante el sistema PIX.
El mecanismo es simple: el usuario paga en dólares digitales desde su billetera, el comercio recibe reales, y la aplicación convierte automáticamente los fondos al tipo de cambio más competitivo, sin intermediarios ni costos ocultos. Desde una cerveza en la playa hasta compras en farmacias o restaurantes, todo puede abonarse escaneando un código QR.
“Con esta funcionalidad se rompe la barrera entre ahorrar en criptomonedas y poder gastarlas sin obstáculos, incluso fuera del país”, explicó Sebastián Siseles, CEO de Vesseo.
La expansión de este sistema responde a un fenómeno creciente: más del 50% de los argentinos busca alternativas digitales para dolarizar sus ahorros, según un informe del Banco Central. La liquidez y disponibilidad inmediata de estas monedas digitales permite usarlas los siete días de la semana, incluso en feriados, y sin necesidad de historial crediticio o cuentas bancarias tradicionales.
Este cambio también se enmarca en un contexto regional de creciente intercambio de personas y recursos. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Argentina registra un saldo migratorio positivo en su relación con Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, lo que refuerza el uso de soluciones financieras ágiles y sin fronteras.
Las stablecoins USDC y USDT se consolidan así como un vehículo clave no solo para viajeros, sino también para migrantes, freelancers y trabajadores remotos que necesitan administrar sus finanzas en distintos países.
Lo que antes parecía futurista hoy se vuelve una práctica cotidiana: viajar con un banco en el bolsillo, sin efectivo ni tarjetas, y pagar en el extranjero con un simple QR.