11 septiembre 2025
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Qué significa mover las manos al hablar, según la psicología

La gestualidad acompaña el lenguaje verbal, transmite emociones y hasta ayuda a organizar los pensamientos.

Es común gesticular al hablar y ver a otros hacerlo. Algunos lo hacen en cada conversación; otros, en situaciones puntuales o más formales. Pero, ¿qué significa realmente cuando una persona habla con las manos?

Así como cada individuo tiene un tono de voz único, también cuenta con un lenguaje corporal que influye en cómo lo perciben los demás. Los gestos, además de acompañar las palabras, son clave para lograr una correcta comprensión del mensaje.

De acuerdo con la psicóloga evolutiva Gillian Forester (Universidad de Londres), los humanos “somos criaturas muy gestuales” y este hábito se remonta a la evolución: “Cuando las manos tomaban la comida, la boca se preparaba para recibirla. Ese vínculo entre la mano y la boca siguió presente en la comunicación, y en el cerebro ambas funciones están muy relacionadas”, explicó en diálogo con la BBC.

La especialista Susan Goldin-Meadow (Universidad de Chicago) agregó que incluso personas ciegas de nacimiento gesticulan al hablar, lo que indica que el movimiento de las manos no solo busca comunicar al otro, sino también ayudar a organizar los propios pensamientos.

Un artículo de Forbes destaca, además, que quienes mueven más las manos al expresarse suelen transmitir mayor carisma, soltura y capacidad de impacto en sus interlocutores. En cambio, la ausencia de gestos puede asociarse con timidez o inseguridad.

Los gestos más comunes y sus significados

Según la especialista en lenguaje corporal Mara del Olmo, algunos gestos con las manos tienen interpretaciones específicas:

Unir las puntas de los dedos: confianza y seguridad; en ciertos contextos, arrogancia.

Palmas abiertas: honestidad y transparencia.

Cerrar el puño: nerviosismo, enojo o que se oculta algo.

Entrelazar los dedos: inseguridad o incomodidad emocional.

Agarrarse las manos: miedo a la exposición o vergüenza.

En conclusión, hablar con las manos no solo acompaña al discurso: también proyecta emociones, influye en la percepción de los demás y facilita la organización mental de quien se expresa.

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